Regando la planta
Al principio, si estás poniendo en marcha una idea, necesitarás un impulso constante y fuerte.
Las ideas son como semillas. Al principio es cuando más vulnerables son. No son más que una frágil hierba. Hay que regarlas y cuidarlas del sol. Mimarlas.
Una vez el árbol está crecido y está dando sus frutos, es más fácil de cuidar. Y sus frutos, si son plantados y no consumidos, pueden proporcionarte otros árboles.
Tendemos a pensar que una idea funciona o no funciona y no es así. Una vez en el mercado y lista para consumir, tu idea no se vende sola, necesita mucha atención, darse a conocer, etc…
Necesita mucho empuje del emprendedor.